DESARROLLO




Uno de los retos que más inquietan a los padres de hijos adolescentes es ayudar a los jóvenes a rechazar el mundo de las drogas. Pero ¿cómo podemos lograr que un joven  diga no a la droga?
A pesar de los programas anti-droga llevados a cabo durante los últimos años por las autoridades en las escuelas y los institutos, y los programas educativos dirigidos a los padres de adolescentes, el índice de consumo de todo tipo de droga, desde tabaco, marihuana, alcohol, pastillas y cocaína.... entre los jóvenes sigue en aumento.
    La mayoría de los estudios indican que los jóvenes contactan con las drogas a edades tempranas en su desarrollo evolutivo (12 o 13 años), y también que esta edad varía sensiblemente dependiendo de la sustancia a la que hagamos referencia. Habitualmente, los adolescentes comienzan consumiendo sustancias legales (alcohol y tabaco) de mayor accesibilidad y normalización, para después ir incluyendo drogas ilegales (cannabis, psicoestimulantes, alucinógenos, tranquilizantes es aplicando todos los medios que están a nuestro alcance para reforzar el no uso de sustancias o evitar el abuso y dependencia de las mismas.
Si definimos la adolescencia temprana como el intervalo de edad comprendido entre los 12 a 14 años, vemos que es cuando se producen los primeros contactos con las drogas, legales sobre todo, y en la adolescencia tardía (de 16 a 18 años) aparecen las sustancias ilegales. La adolescencia es un periodo de límites imprecisos, de rupturas y búsquedas interiores, de fragilidad, pero receptivo a todo lo que se hace por su bienestar tanto físico como emocional, donde cambian  sus condiciones físicas,  intelectuales y psicológicas, donde las circunstancias externas y las exigencias de su entorno más próximo van a condicionar claramente su comportamiento y la construcción de su propia identidad.
La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias razones, incluyendo la curiosidad, para sentirse bien, para reducir el estrés, para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es difícil el poder determinar cuáles de los adolescentes van a experimentar y parar ahí, y cuáles van a desarrollar problemas serios. Los adolescentes que corren el riesgo de desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas incluyen aquellos:
  • con un historial familiar de abuso de substancias
  • que están deprimidos
  • que sienten poco amor propio o autoestima
  • que sienten que no pertenecen y que están fuera de la corriente
Los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto legales como ilegales.
Las drogas legales: disponibles incluyen las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta médica, los inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y solventes) y medicinas de venta libre para la tos, la gripe, el insomnio y para adelgazar.
 Las drogas ilegales: de mayor uso común son la marihuana y la pasta base, los estimulantes (cocaína, “crack” y “speed”), LSD, PCP, los derivados del opio, la heroína y las drogas diseñadas (éxtasis). El uso de las drogas ilegales está en aumento, especialmente entre los jóvenes o adolescentes. Primero el uso de la marihuana ocurre en la escuela intermedia (middle school) y el uso del alcohol puede comenzar antes de los 12 años. El uso de la marihuana , la  pasta base y el alcohol en el liceo se ha convertido en algo común.